Capítulo 55

—Dios mío... Marco fue sorprendido cuando le arrojaron vino en la cara, soltando maldiciones. Antes de que pudiera terminar de maldecir, Vicente se levantó y le propinó dos bofetadas que hicieron que Marco perdiera la claridad visual y sintiera un zumbido en los oídos, girando sobre sí mismo. Antes de que Marco pudiera reaccionar, Vicente agarró la botella de whisky que había pedido y se la estrelló en la cabeza. La botella se rompió; Marco se cubrió la frente gritando de dolor mientras la sangre fluía entre sus dedos, ensangrentado una vez más. Laura, que estaba al lado, también se sobresaltó; no esperaba que Vicente se atreviera a golpear a Marco de tal manera. Inmediatamente después, Vicente agarró a Marco por el cuello y lo lanzó directamente por la ventana. —¡Vicente, tú... estás loco! ¿Cómo te atreves a golpearlo? —¿Te duele? Vicente sacó un pañuelo y se limpió las manos. —Estás acabado, Marco. No es alguien con quien puedas meterte. Con una sola llamada puede asegurarnos la cola