Capítulo 174
Belén tenía estos planes en mente, pero Vicente los descubrió.
—Si reconoces tu error, entonces, como Marco, debes aceptar las consecuencias de tu equivocación.
Para Belén, Vicente no recurrió a romperle los huesos; en su lugar, le aplicó unos toques precisos en el cuerpo usando una técnica especial de acupresión, sellando tres de sus puntos de acupuntura.
Estos tres puntos no eran letales, pero causarían que Belén experimentara un episodio de dolor diario, cada episodio tan doloroso como agujas pinchando, un dolor que no podía ser aliviado por medicina.
—Bien, ambos desaparezcan de mi vista inmediatamente y nunca vuelvan a pisar mi casa.
Dicho esto, Vicente se giró y empujó la silla de ruedas de Alejandro.
Belén, al ver que Vicente solo la había tocado unas cuantas veces sin causar daño aparente, se quedó algo sorprendida.
—¿Eso es todo?
dijo Belén, sorprendida.
—No hay problema, ¿no es genial? ¡Vámonos rápido!
Laura, llevando a Belén consigo, no se atrevió a demorarse y rápidamente s
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