Capítulo 38
Bruno, al pensar en todo esto, se desplomó en la silla.
Sus manos se apretaron fuertemente en puños.
Su cuerpo tembló involuntariamente.
En su mente, una voz no dejaba de rondar: [Alicia ya no podría cumplir sus sueños por su culpa, mientras que él, por Marta, abandonó a Alicia.]
Al pensar en esto, Bruno, con manos temblorosas, sacó un cigarro de su bolsillo.
Intentó encenderlo.
Pero tras varios intentos, el encendedor no lograba prender.
Gonzalo, al ver su estado, sacó su propio encendedor y le prendió el cigarro.
Le dio una suave palmada en el hombro: —Bruno, sé que esta verdad es difícil de aceptar, pero ya no puedes hacer nada para cambiar las cosas. Lo mejor es que encuentres a quien está detrás de todo esto y vengas a vengar a Alicia.
Bruno dio varias bocanadas de aire, su voz ronca y casi quebrada: —Soy yo quien le ha hecho esto a Alicia.
Si no fuera por él, esos hombres nunca habrían ido contra ella.
Todo el mundo sabía que Alicia era su secretaria más confiab

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