Capítulo 315
Aitor juntó las manos en señal de respeto y dijo:—Maestro, no se preocupe. Mientras yo, Aitor, esté aquí, quien se atreva a tocar a mi hermano menor.
Mataré a toda su familia.
Después de hablar, levantó una extraña espada larga y se dio la vuelta para irse.
Su actitud decidida y enérgica daba la impresión de que en cualquier momento volaría a Ciudad del Viento para acabar con cualquiera que se interpusiera en su camino.
La escena era realmente impactante.
Leandro observó la situación con satisfacción; en esta vida, tener un discípulo así valía la pena.
Cuando Aitor llegó a la puerta, se detuvo de repente, se dio la vuelta y preguntó:—Maestro, si mato a alguien, seguramente causará conmoción y podría atraer represalias.
Ciudad del Viento se convertirá en un lugar extremadamente peligroso.
Si mi hermano menor se queda allí, temo que corra peligro.
Preferiría que lo trajera de vuelta antes de que yo llegue.
Para asegurarme de que esté a salvo.
Leandro asintió:—Has pensado en todo. L
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