Capítulo 230
Alicia parpadeó, mirando a Sara con mucha curiosidad:—Hola, tía.
Sara vio a Alicia con dos coletas, hablando con una vocecita dulce, y se acercó sonriendo:—Tú debes ser Alicia, ¿verdad? He oído que eres la más obediente, eso dice tu papá.
Sergio, al ver a las dos conversando, llevó a Braulio afuera:—Hijo, ¿qué está pasando aquí?
Recuerda que estás comprometido, no puedes fallarle a Mónica.
Braulio ya sabía que había un malentendido:—Es una amiga de Mónica, hoy no tenía dónde quedarse.
Va a quedarse aquí una noche, ni siquiera la conozco bien.
Sergio se secó el sudor de la frente:—Me asustaste. Después de tanto tiempo en la cárcel, sin contacto con mujeres...
¡No hagas nada indebido!
¿Me escuchaste?
Braulio no se esperaba que su padre dijera algo así. Después de todo, hoy ya se había sentido satisfecho con Mónica.
No iba a ponerse a divagar.
Pero no podía decir eso, así que sonrió y dijo:—Ya tengo una hija, no voy a hacer tonterías.
Al enterarse de que los dos no habían cenado, Elena fu
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