Capítulo 216
Salomón, enfurecido, exclamó:—¿Cómo?
¿Crees que mi vida no vale cuarenta millones de dólares?
Zahir se dio cuenta de que su padre lo había malinterpretado y salió con el teléfono para preparar el medicamento.
La familia Díaz.
Mónica llevaba un tazón de gachas y se lo ofreció a Víctor:—Abuelo, este es el medicamento que te preparé, come un poco.
Víctor tomó el tazón y lo dejó a un lado, mirando a Mónica con el ceño fruncido:—¿Ha ocurrido algo?
Mónica suspiró:—Hay dos cosas. Mi tío ha venido con esos guardaespaldas, pero no me obedecen y no sé qué pretende hacer.
Además, la familia Vargas no deja de causar problemas; sospecho que le han echado el ojo a los negocios de la familia Díaz.
Víctor asintió:—Tu tío no es más que un asunto menor; mientras yo esté bien, él no podrá hacer mucho.
En cuanto a la familia Vargas, ¿tu sospecha tiene fundamento?
Mónica levantó un dedo:—La manera en que la familia Vargas ha prosperado es mediante la absorción de otros clanes; los ancianos los llaman
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