Capítulo 136
El hombre mostraba una expresión de decepción en su rostro. ¿No entendía algo tan simple?
Tosió ligeramente, fijando su mirada en la mesa, y dijo en voz baja: —Es que ya en la cama, mi esposa quiere tener relaciones sexuales, y yo no tengo ánimo.
Rápidamente.
Alba se sonrojó; aunque estudió medicina occidental en la universidad, también aprendió medicina tradicional de su abuelo.
Pero ella aún era una chica inocente, y no había reaccionado antes.
No esperaba que fuera eso.
Se concentró y volvió a su estado normal: —Déjame diagnosticarte.
El hombre se sentó derecho para que Alba lo diagnosticara.
Alba examinó cuidadosamente el cuerpo del hombre, y con el paso del tiempo, fruncía más el ceño.
Finalmente, detuvo el examen: —No tienes ninguna enfermedad, tu cuerpo está muy bien.
El hombre sonrió y dijo: —Eres increíble, sabes que no estoy enfermo. En realidad, no soy yo quien tiene el problema.
Lo pregunto por un amigo.
Alba negó con la cabeza: —Sin conocer la condición del paciente, no pu
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