Capítulo 120
Braulio se quedó paralizado: —La araña estaba justo en mi mano hace un momento.
¿Cómo es que ya no está?
Mientras hablaba, bajaba la cabeza buscando.
Si no encontraba la araña, no podría explicarlo.
Sara, enfadada, dijo: —Deja de fingir, ¿qué más estás buscando?
En una oficina tan limpia, es imposible que haya una araña, solo querías ver el cuerpo de Mónica.
Sabía que eras una persona lujuriosa.
Braulio, aún agachado, continuó buscando: —De verdad había una araña, no tengo necesidad de mentirte.
Mónica, con el rostro tan rojo como si estuviera congestionada, se cruzaba de brazos mirando fríamente a Braulio.
Sara gritó con voz aguda: —Desde la primera vez que viste a Moniquita, cuando desabrochaste su tercer botón, ya pensé que eras un mal hombre.
Moniquita incluso te defendió, diciendo que una vez se le había soltado un botón.
Ahora has mostrado tu verdadera naturaleza.
Deja de buscar, no hay araña.
¡Si encuentras una araña, me la comeré al instante!
De repente,
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil