Capítulo 374
Una comida muy tranquila, porque Cristian no se comporta en absoluto como un jefe.
Adrián, además de pasarme comida con el tenedor y ofrecerme agua de vez en cuando, casi no habla, mostrándose tan distante que parece que él es el jefe.
Al terminar la comida, Cristian se marcha en su discreto Maybach.
Ignacio, que ha bebido, llama a un conductor sustituto.
Mientras espera, Ignacio rodea con su brazo los hombros de Adrián. —Adri, ¿qué te parece? ¿Estás contento con cómo fue hoy?
Adrián retira su mano, diciendo: —Estás borracho.
—No estoy borracho. Sé que temes que hable más de la cuenta, pero estoy consciente de lo que digo.— Ignacio intenta darle una palmada en el hombro nuevamente.
Esta vez, Adrián toma su muñeca de inmediato, —Presidente Ignacio, detesto que me den palmadas en el hombro, y sería mejor que no se las dieras a nadie más. Según la metafísica, cada persona lleva su suerte en los hombros, y con una palmada puedes ahuyentar la buena fortuna, ¿entiendes?
Casi me río al oír es
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