Capítulo 372
—¡Ay!
Con ese grito, vi a Ignacio girar la cabeza a un lado, cubriéndose los ojos con la mano.
Adrián se puso de pie y, con tono indiferente, dijo, —¿El presidente Ignacio ha vivido tanto tiempo y no ha visto a nadie enamorarse?
Ignacio bajó la mano y respondió, —He visto, pero es la primera vez que veo un beso así.
Luego me miró. —Nuestra ministra Carmen, siempre innovando en marketing.
Yo: —...
—¿No te cansas de estar de pie? Otros ya se cansaron,— interrumpió Adrián, poniendo fin a la broma de Ignacio.
Ignacio se golpeó la frente. —Me asustaron tanto que olvidé a las personas importantes.
Dicho esto, se inclinó hacia un lado y anunció, —Por favor, entre jefe.
¿¡Jefe?!
Me sorprendí y luego vi entrar a un hombre bajo y robusto, con una barriga que parecía la de un embarazo de siete meses.
No sabía quién era, y miré instintivamente a Adrián.
Él ya estaba sentado, frotándose los labios con la mano, noté que tenía marcas de mi lápiz labial en la punta de sus dedos.
—Jefe, por aquí,— dijo
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