Capítulo 297
—¿Así que después de usar a alguien, no quieres admitirlo? —Ana pensó eso de mí.
—¿Yo? ¡No!
Ana bufó: —Toda su atención está en ti, ¿y aún así no?
Mientras yo seguía aturdida mirándola, Ana señaló directamente su cuello, luego apoyó sus manos en el borde de la cama mirándome: —Carmi, realmente no había visto lo hábil que eres, parece que los veinte años de fuerza que acumulaste los usaste todos en Adrián.
Recordé el beso que había dejado intencionalmente en Adrián, tragando saliva: —No es lo que piensas, en realidad...
Ana levantó la mano para detenerme: —No necesitas explicar.
No pude evitar reírme sin ganas; es cierto, cuanto más tratas de explicar este tipo de cosas, menos claras se vuelven.
Ana me miró: —¿Ahora estás tranquila?
Sabía a qué se refería; estaba hablando de la investigación del accidente de coche de mis padres.
Cerré los ojos, sin hablar.
Ana se sentó al borde de mi cama y me dio una palmada en la mano: —Una vez que terminaste de investigar, todo pa
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