Capítulo 209
Dicho esto, Silvia me miró con los ojos brillantes y preguntó: —¿Cuñada, tienes alguna solución?
Yo: ...
Existen soluciones, pero si Adrián no se atreve a tomar el riesgo, ¿debería yo hacerlo?
Si tiene éxito, bien, pero si falla, no solo Adrián nunca me lo perdonará, lo cual es lo de menos, sino que también lo dejaría devastado.
—¿Así que tú tampoco tienes solución, verdad? —Silvia interpretó mi silencio como una falta de esperanza.
Bajó la mirada, su rostro mostraba una tristeza indescriptible: —Mi hermano no se atreve a intentarlo porque el riesgo es demasiado grande. Sé que en mi situación actual nadie está seguro de poder ayudar.
Tras decir esto, tomó aire y luego levantó la cabeza hacia mí, mostrando una sonrisa serena.
No es que cambiara de opinión rápidamente, probablemente no quería que su estado de ánimo afectara el mío.
—No te preocupes, cuñada, ahora estoy muy feliz y contenta, viviré el tiempo que me toque vivir, quién sabe, tal vez con este estilo de vida pueda llegar a lo
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