Capítulo 113

—Tu renuncia no es válida—dijo Mario con una autoridad impresionante, exudando una clara actitud de dominio. Era consciente de que tenía ese derecho, y aunque no lo tuviera, podría hacer que José interviniera para invalidar las palabras de Alejandro, pero prefería no proceder de esa manera. Así que, le enfrenté con cierta firmeza: —El presidente Alejandro ya lo ha aceptado. Después de todo, ahora Alejandro es el verdadero líder del Grupo Vargas, y no Mario. Del otro lado del teléfono, Mario guardó silencio, y después de unos segundos, preguntó: —¿Dónde estás? Me he mudado aquí y, aparte de Ana y Adrián, nadie más lo sabe, pero no puedo asegurar que Mario no lo sospeche. Él se preocupa por mí, incluso recuerda los números de teléfono que tengo, así que quizás también pueda deducir este lugar. Sin embargo, decidí no revelárselo y le dije: —Mario, el parque de diversiones ha sido mi esfuerzo de estos dos años, te ruego que te encargues del resto. —Carmi... —Mario, no digas más. Colgué el