Gerard Lichman observaba con gran interés. El mayor resultado que habían logrado con este dispositivo era la recopilación de los casos y procesos de tratamiento de las diversas enfermedades mentales más notables del mundo. Los datos de las pruebas podían usarse para observar las fluctuaciones emocionales y los pensamientos más profundos del paciente. Además, guiaba al paciente con técnicas de autocuración.
Lo que lo diferenciaba de los terapeutas normales era que el proceso de tratamiento no involucraría a otro ser humano.
Sería un diálogo honesto y equilibrado entre el humano y la máquina.
La inteligencia artificial como "psiquiatra" dispondría de suficientes datos y configuraciones para que el paciente confiara en el sistema para el tratamiento específico y la intervención psicológica.
Independientemente del pasado y los problemas del paciente, no habría traición ni riesgo a su privacidad, lo que resultaba muy atractivo para los pacientes.
Los resultados de esta investigación ca