El grupo de personas crujieron sus nudillos y sonrieron mientras atacaban.
¡Zas!
¡Pum!
Crac...
Andrius seguía caminando y golpeaba a cualquiera que se le acercara.
Era una bofetada o un puñetazo que iba directamente a sus caras.
Caminó todo el camino.
Ningún guardia de seguridad fue rival para él. Todos fueron tumbados sin poder levantarse. Solo les salían quejidos de la boca.
En la oficina, Timothy se recostó en su silla, frunciendo el ceño y abriendo la boca de vez en cuando. Su cara regordeta estaba llena de disfrute.
"Señor Kerr...". Su secretaria lo miró con ojos seductores. "¿Qué tal mis movimientos?".
"¡Nada mal!". Timothy estaba muy satisfecho.
¡Pum!
Justo en ese momento, la puerta de la oficina se abrió violentamente de una patada.
El ruido fuerte asustó a Timothy. La secretaria se estremeció y casi se lo arranca de golpe.
"¿Quién m**rda eres?".
Timothy casi se muere del susto. Su rostro estaba lleno de ira mientras gritaba: "¿Cómo te atreves a causar problemas