Capítulo 345

Pero lo que sorprendió a todos fue que Andrius y Sonia seguían con caras serias. ¡Era como si nada del mundo les importara! ¡Uno debe seguir su corazón en todos los asuntos! ¿Qué diablos estaba pasando? Los dignatarios no podían entenderlo. ¿Cómo podían Andrius y Sonia no estar intimidados ante el gobernador? ¿Acaso estaban locos y no comprendían la fuerza del gobernador? ¡Tampoco era eso! Con la astucia de Sonia, era imposible que no supiera qué significaba el gobernador. Estaban estupefactos y desconcertados. Muchos dignatarios sacudieron la cabeza y volvieron a apartar la mirada porque el gobernador había entrado en el gran salón y había llegado a la mesa central. En ese momento, era el único foco de atención del gran salón. En cuanto a Sonia y Andrius, pasarían a la historia cuando el banquete terminara. No era necesario prestar atención a los pensamientos de personas que iban a morir. "¡Señor Sano!". Con una gran sonrisa en el rostro, Dean sacó de un lado una gran ca