Capítulo 490
Con esa bofetada tan fuerte, la frente de Kayla golpeó la puerta con fuerza. Su voz, ya ronca, se hizo más aguda cuando gritó, "¡Diana! ¿Por qué le pegas a tu propia hermana?".
Diana ignoró a Kayla y continuó abofeteándola sin parar. Mientras lo hacía, gruñó, "No digas mi nombre".
Cuando su nombre pasó por los labios de Kayla, el asco que sintió fue insoportable.
¡Ella no tenía una hermana como este monstruo!
¡¿Convertirse en barro primaveral, que nutre nuevas flores?!
¡Ja!
Diana sacó el cuchillo y lo puso en el brazo de Kayla.
"No esperaba que lo admitieras tan rápido", siseó Diana. Se imaginó la escena de Kayla pisoteando la tumba de sus bebés y cómo esa malvada mujer vertía alegremente sus cenizas en el desagüe. Casi perdió la capacidad de respirar por el violento dolor que golpeó su corazón.
Reprimió los temblores de su brazo lo mejor que pudo y se lamentó, "Pero eso también es bueno. Nos ahorra tiempo".
Ella dejaría que Kayla sintiera lo que significaba que ser sacrifica
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