Capítulo 424

Por desgracia, Diana no tuvo tiempo de investigar el evidente juego sucio de esta extraña situación. Los clientes habían hecho sus pedidos y ella tenía que asegurarse de que la ropa se entregara según lo previsto para mantener la integridad de su negocio. En los últimos días, Diana estaba cada vez más ocupada. Por un lado, se puso en contacto con el arrendador para preguntarle si se podía reducir el alquiler. Por otro, se puso en contacto con su proveedor de telas para buscar un sustituto de la tela enmohecida. Además, se afanaba en recaudar fondos. No quería pedir más ayuda a Fanny ni que Oliver se enterara de sus problemas; quería evitar la creciente cantidad de favores que les debía. Sin embargo, no era fácil manejar los tres problemas simultáneamente. "Señorita Winnington", dijo el arrendador mientras se plantaba ante ella con las cejas levantadas. "Si no puede aceptar el monto del alquiler, estoy dispuesto a compensarle la totalidad de la multa por incumplimiento de contrat