Capítulo 241
Cuando llegó la hora de comer, Julian entró en la cocina y caminó alrededor. Abrió la tapa térmica y vio que el emparedado seguía en el plato.
¿No se lo comió Diana?
¿No afectaría eso a los bebés de su estómago?
¿Acaso no sabía comportarse como una buena madre?
Julian estaba furioso. Casualmente, vio a Diana terminando la comida.
Se acercó a ella con expresión hosca.
¡Pum!
El plato que Diana sostenía cayó al suelo.
La comida salpicó en sus piernas, dejándolas manchadas.
Diana miraba atónita a Julian, que provocó intencionadamente la caída del plato. Ella exclamó, "¡¿Qué estás haciendo?!".
¿En qué demonios estaba él pensando?
Julián, por su parte, no quería que ella cocinara.
Él no quería realmente pensar en ella como una sirvienta.
"Cuanto más te miro, más molesto me pongo". Le molestaba su estupidez, las cosas que decía y lo tolerante que era con todo el tormento que le hacía llover.
Diana sintió un repentino pinchazo en la punta de la nariz.
Miró las manchas de aceite
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