"¡Eres igual que tu padre! ¡Los dos son asesinos!”.
Uno miró y no hizo nada mientras su bebé sin nacer moría. ¡El otro provocó un atropello y mató a sus padres!
Oliver tenía la cara ligeramente inclinada por el impacto de la bofetada. El ardiente dolor de su rostro no podía igualar la ira que ardía en su corazón.
"¡Deja de fingir que eres normal! ¡Deja de fingir lástima! ¡¿Quieres culparme a mí de la muerte del bebé?!". Oliver le apretó la mano, con los ojos llenos de desprecio. "¡Fanny, tú misma te tropezaste! ¡Lo hiciste a propósito! Buscar venganza es una cosa, pero ¿cómo pudiste utilizar un método tan repugnante? ¡Mataste a tu propia sangre! ¡¿Y ahora le echas la culpa a otro?! ¡Eres despreciable!”.
Ella lo encontraba repugnante.
¡Él la encontraba aún peor que eso!
Él todavía no lo creía. Su corazón parecía de hierro.
Él no la dejó sentir el dolor de saber la verdad sobre sus padres. Tampoco la dejó sentir odio en su corazón.
Los ojos de Fanny se abrieron de par en par. Apr