Capítulo 99
—¿No estabas durmiendo? —preguntó Diego, incorporándose en ese instante sin mostrar ninguna alteración en su ánimo.
—Dormir no es tan divertido como el chisme. —Respondió José mientras saludaba a alguien afuera, pidiendo en ese momento que trajeran dos copas y una botella de licor. Después, volvió a dirigirse a Diego: —Sobre todo si el chisme es tuyo.
Diego permaneció callado.
Poco después, llevaron la botella y las copas.
José indicó que saliera el empleado, abrió él mismo la botella, llenó ambas copas y, extendiéndole una a Diego, le dijo: —Tú tienes impresionantes historias, yo tengo licor. Anda, cuéntame.
Diego lo observó detenidamente.
En sus ojos se ocultaba demasiada carga emocional en aquel momento.
—No, me mires de esa forma me da miedo. —bromeó José.
Diego tomó la copa que José le ofrecía, pero la dejó sobre la mesa.
José desconcertado hizo una cara.
Ahora su curiosidad había crecido aún más: —¿Qué pasó exactamente?
—Anoche Carlitos me hizo dos preguntas. Cuando le respondí,

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