Capítulo 94

Ramón lo miró fijamente, adoptando una postura totalmente confrontativa. —Sé que te gusta Silvia. —Comenzó Diego, hablando con los labios apenas moviéndose: —Aunque no sé qué excusas has usado para que ella no sospeche de tus sentimientos, estoy seguro de que en el fondo de tu corazón la amas. Ramón respondió con total naturalidad: —Silvita es admirable, ¿a quién no le gustaría? Diego precisó: —Me refiero a un amor romántico cursi y banal. —Llamarlo amor romántico es subestimarlo mucho. —Replicó Ramón, deteniéndose a un paso de él y dirigiendo su mirada preocupada hacia Silvia, que cerraba los ojos en los brazos de Diego: —Lo que siento en realidad por ella y por Ana trasciende todo amor de este mundo y del otro. Diego lo miró fijamente con ojos inescrutables. Port lo general, en esta situación, Ramón debería haber admitido su afecto por Silvia para provocarlo. —Todo eso no son más que palabras de alguien que ni siquiera se atreve a admitir que le gusta. —replicó furioso Diego. —Pues t