Capítulo 57
Diego miró de reojo.
José exclamó: —¡¡¡!
Cómo se le había escapado lo que pensaba.
—Lo que quiero decir en este momento es que los regalos que das son muy especiales, y alguien como yo, que no ha hecho nada y no puede ayudar, no los merece. —Se apresuró enseguida a cambiar su discurso, temiendo ser reprendido si hablaba demasiado lento.
Diego, con calma, dijo: —¿Cómo no? Solo el título de presidente o gerente general José ya merece diez de esos.
José intentó argüir, pero al encontrarse con los imperturbables ojos oscuros y profundos de Diego, de inmediato se rindió: —Estoy equivocado.
El asistente Javier tosió ligeramente.
—¿De qué te ríes? José cambió de táctica: —¿Crees que no podría hacer que el jefe Diego te enviara cien de esos?
—El jefe Diego siempre discernía lo correcto de lo incorrecto y no dejaba que los factores externos influyeran en sus decisiones. El asistente Javier respondió con total seriedad: —¿Acaso ante los ojos del jefe José, el jefe Diego es alguien susceptible a

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil