Capítulo 34
¡Qué bien te sientes contigo mismo!
José tenía ganas de golpear a alguien y era precisamente a Diego.
Apenas regresó, se sintió esclavizado por él, con exigencias desorbitadas.
—No te puedo asegurar que ajustaré el precio a exactamente sesenta mil dólares. —Dijo explicando el motivo: —El costo mínimo de la operación de tu suegra es de cincuenta mil dólares, y si ofreces sesenta mil a alguien, ¿no crees que sospechará que tienes algo que ver en todo esto?
—No. —respondió Diego.
José: —¿…?
Diego levantó ligeramente los párpados: —Daré solo sesenta mil dólares por eso, ni un centavo más.
—No entiendo qué piensas. —José estaba en realidad confundido: —Antes la amabas hasta la muerte, y ahora la pones en esta situación tan difícil, por momentos me haces dudar si padeces un trastorno bipolar.
—Ella me propuso muy tranquila el divorcio, tengo que demostrarle que el mundo fuera de mí es un lugar peligroso. —Dijo Diego con indiferencia.
José pensó que tal vez había escuchado mal: —¿Divorcio?
Au

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