Capítulo 112
María se encontraba profundamente decepcionada con Alejandro. Resultó ser una persona que cometía crímenes con frecuencia.
No solo había robado su fórmula, sino también la receta del Dr.
José. Las miradas de desprecio se dirigían hacia Alejandro, señalándolo como un ladrón.
¿Quién no despreciaría a un ladrón?
—Alejandro, ¡nunca lo hubiera imaginado! ¡Eres un ladrón!
Ana se volvió altanera, señalando a Alejandro con superioridad: —Miren, ¿no tenía razón al expulsarlo de la familia Fernández? Si no fuera por mí, ¡él habría robado todo lo que tenemos!
Alejandro miró a Ana, encontrando la situación ridícula. ¿Qué podría tener la familia Fernández que valiera la pena robar?
—Alejandro, ¿tienes algo que decir? Si no, ¡te llevaré directamente a la policía! —dijo Héctor fríamente.
—Lo que tú digas, ¿acaso si dices que el sol en el cielo pertenece a tu maestro, también será de él? —respondió Alejandro con desprecio.
—Ja, ja, ¿todavía no te rindes? No derramarás lágrimas hasta el último mome
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