Capítulo 99

Era alto, con piernas largas que parecían incómodas sentadas en el pequeño banco. Aunque María se sorprendió al verlo entrar, ya no mostró desprecio y lo miró dos veces. Este niño aún tiene esperanza, pensó. Julia, sin embargo, notó de inmediato que Nicolás no era un chico común, pues su atuendo delataba su riqueza. De pie, algo incómodo y preocupado, preguntó: —Mago, ¿viniste hoy especialmente porque le pasó algo más a Verónica? —Ella está bien de salud, solo que tengo algo para ella. María le pidió a Nicolás que esperara afuera y entró en la habitación para hablar con Verónica. Aunque Verónica ya había pasado más de un año recuperándose, su cuerpo aún estaba en proceso de sanación, y estaba acostada en la cama. Miró a María sacar un pequeño farolillo de papel familiar de su mochila. Al ver el farolillo elevarse en la palma de María, Verónica se tensó, temiendo que fuera algo sobre el niño, pero entonces, del farolillo de papel surgió una voz conocida: —Verónica, lo siento, sé que m