Capítulo 41
En cuanto al nombre de María, Marco ya se lo había mencionado antes.
Además de cambiar su apellido, el abuelo también quería cambiar su nombre. Marco originalmente había pensado en llamarla Natalia.
Era un nombre bonito y adecuado.
Pero María no estuvo de acuerdo.
Porque en realidad, fue su maestro quien le puso ese nombre y ella ya estaba acostumbrada a él. Solo dijo que no quería cambiarlo y logró convencer a Marco con una serie de excusas.
Entre la multitud, Diego no podía creerlo al principio, pero al escuchar el nombre de María, ya no tuvo dudas.
¡La niña que había criado durante dieciocho años resultaba ser la hija perdida de la familia Fernández!
En ese momento, sus ojos casi se llenaron de lágrimas.
Al recordar las oportunidades de cooperación que parecían caídas del cielo y luego se cancelaron abruptamente, junto con las expresiones nerviosas de Ana y Carmen, todo quedó claro.
¡Todo era porque María era la hija biológica de la familia Fernández!
La repentina colabora
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