Capítulo3915
Zucka ya había tomado la decisión: tan pronto tuviera la oportunidad, haría que esos tres pagaran un precio terrible. Con una expresión seria, sacó los treinta mil cristales espirituales y se los entregó a Nahuel.
Nahuel, con una sonrisa en el rostro, los recibió y comenzó a contar los cristales frente a ellos. Cuando terminó y confirmó que la cantidad era correcta, siguió sonriendo y les dijo:
—¡Así se arreglan las cosas! Siempre he sido directo, no me ando con rodeos. Pero mi paciencia es limitada. Si seguían demorándose, no serían solo treinta mil cristales espirituales lo que tendrían que entregar.
Leticio estaba respirando con dificultad, con los ojos hinchados hasta el extremo, luchando por no soltar un insulto. Zucka podía sentir la rabia de su compañero a punto de explotar. No quería seguir ahí mucho más, pues temía que algo fuera a salir mal.
—¡Ya basta! ¡Vámonos de aquí!
Nahuel sonrió con desprecio. En realidad, nunca tuvo la intención de matar a esos tres. Aunque estaban
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