Capítulo3795
Reinaldo respiró hondo y, hablando rápido, dijo:
—¡No te preocupes por eso! ¡Solo haz lo que te digo!
Hipólito quería decir algo más, pero los ojos afilados de Reinaldo lo hicieron callar al instante.
Fane observaba la interacción entre los dos sin mostrar ningún tipo de emoción en su rostro, ni apresurándose a actuar. Era como un gato que tenía atrapado a un ratón, mirando con tranquilidad cómo ellos dos se complicaban la vida.
Reinaldo frunció el ceño y, al voltear a mirar a Fane, finalmente se actuó. Con un giro de su energía, una corriente de energía verde rodeó sus piernas. Para sorpresa de todos, Reinaldo había entrenado una técnica de velocidad.
Muchos guerreros de alto nivel entrenaban habilidades de velocidad para protegerse. Las técnicas de velocidad no tenían poder ofensivo, pero eran cruciales en momentos clave.
Con un fuerte impulso, Reinaldo se elevó por el aire. Sin embargo, su objetivo no era Fane, sino la serpiente plateada que tumbaba inmóvil en el suelo.
La serp
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