Capítulo 73 No lo quieras, no importa

Después del incidente de anoche, no importa cuán severo pareciera él, ella estaba dispuesta a recibirlo con una sonrisa y lo saludó alegremente: —Buenos días. Él, saboreando su café, la miró de reojo con indiferencia: —De ahora en adelante, conduce tú misma al trabajo y no me causes más problemas. Daniela se sorprendió al ver que él lanzaba las llaves del coche sobre la mesa, confirmando que le había asignado un vehículo. Al ver el logo en las llaves, ella sugirió tímidamente: —¿Podríamos conseguir un coche más económico? Él, impaciente, respondió: —No, si no lo quieres, no importa. Ella, sin palabras, tomó las llaves y condujo con extremo cuidado, temerosa de rayar el coche. Se sentiría más cómoda con un vehículo menos ostentoso; él le había asignado un Bentley y ella ni siquiera se atrevía a sacarlo mucho. Al llegar al hospital, mientras estacionaba, los colegas que la conocían observaban su coche y luego la miraban a ella con expresiones significativas. Ella solo podía sonreír y lue