Capítulo 43 ¿Eres un hámster?
José parece algo cansado, camina hasta el sofá y se sienta en una pose relajada: —Tráeme un vaso de agua.
Daniela, conteniendo muchas cosas por decir, se levanta de mala gana para ir a servirle el agua.
Al ver la sangre en sus manos, José mueve ligeramente sus ojos: —Deja, iré yo.
Daniela ve que él se mueve más rápido que ella hacia el dispensador de agua, así que se sienta de nuevo en el sofá. Él pregunta como si nada: —¿Qué te pasó en la mano?
Daniela lo mira fijamente y con voz sombría responde: —Me asusté cuando abriste la puerta, me corté con el cuchillo para frutas...
José tose ligeramente: —Tienes miedo y aún así eres médica, ¿no te asustan los cadáveres? En todos estos años de trabajo, seguramente has tenido pacientes que murieron bajo tu cuidado, ¿verdad?
Daniela responde con resignación: —No he tenido casos de fallo quirúrgico, no me subestimes... tú... lo hiciste a propósito, ¿verdad? ¿Alberto te dijo que vine a Ciudad Solarena? También me enviaste información sobre alquiler
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