Capítulo 41 Perturbado

Ella pensaba en aquel hombre durante el día, lo que la ponía nerviosa y la hacía acelerar el paso, casi corriendo de vuelta a casa. Al entrar al patio, cerró inmediatamente la puerta principal con llave. Ahora vivía sola allí y sentía miedo. Se imaginaba que Alberto y José todavía estaban con ella para disminuir su temor, pero el vacío del patio le recordaba constantemente su soledad. Había estado preparándose para marcharse durante los últimos días, aunque aún no había decidido a qué ciudad mudarse; no quería que ocurrieran más incidentes inesperados. Después de cenar y descansar un rato, tomó ropa limpia y fue al baño. La herida en su cabeza ya había sanado lo suficiente como para mojarse. Mientras se bañaba, de repente escuchó un ruido inusual entre el sonido del agua. El muro exterior del baño daba a un callejón y aunque había cerrado la ventana, el sonido venía de afuera. Contuvo la respiración, se vistió con cautela y de repente vio una sombra acercarse a la ventana, lo