Capítulo 2
RK entró y se colocó delante de Stella.
Él parecía un rey que ocupaba la posición más alta del mundo y miraba a la gente como si no fueran insignificantes.
Era alto y tenía un aura poderosa.
Ella estaba sentada en el sofá, y estaba rodeada por esta.
Ella se quedó allí mirándolo, porque sus palabras la habían dejado estupefacta.
Nunca pensó que tuviera la sangre tan fría como para no pensárselo dos veces antes de decir algo así.
No había vacilado cuando dijo que no quería a ese niño.
Ella lo observó, intentó calmarse y contener las lágrimas. No quería parecer débil ante aquel frío hombre.
Los dos se miraron sin decir nada...
Al cabo de un rato, él se acercó y se sentó frente a ella.
Cuando lo hizo, su ayudante Alex Triston puso unos papeles sobre la mesa. Encima de ellos había dos palabras escritas: "Contrato expirado".
Alex la miró y dijo: "Srta. Richard, su contrato de tres años con el Sr. RK ha concluido. Ahora solo falta que ambos firmen y lo envíen".
Escuchó como él había cambiado su forma de dirigirse a ella, incluso antes de que firmara, por lo que una sonrisa burlona se dibujó en su rostro.
Ella estaba segura de que, él no se atrevería a tomarla tan a la ligera, si no fuera porque alguien se lo había ordenado. Por supuesto, ese alguien no era otro que su marido.
RK tomó la pluma y firmó sin detenerse ni pensarlo. Cuando terminó, la miró y le dijo:
"Puedes quedarte aquí por una semana y buscar una casa..."
Ella lo miró a los ojos, los cuales estaban tranquilos como un lago...
No había arrepentimiento, tristeza, vacilación... Nada.
Era como si él no sintiera nada con respecto a su relación, la cual repentinamente había sufrido un gran cambio...
Sin embargo, cuando ese pensamiento se le vino a la mente, se reprendió a sí misma...
"Stella, ¿eres una tonta?"
"¿Cómo puedes esperar arrepentimiento y tristeza de un hombre con un corazón de piedra?"
No obstante, no podía controlar sus emociones...
Porque ella lo había amado durante muchos años.
No dijo nada y se limitó a observar a esa persona con la que había vivido durante tres años. Había visto su cara todos los días, y aún ahora, cuando lo contemplaba, le seguía pareciendo muy guapo...
Pero... Era el hombre que le había roto el corazón en mil pedazos.
No quería mostrarse débil delante de él, así que hizo todo lo posible por no llorar. La mano que sostenía la pluma le temblaba...
Miró los papeles, vio su hermosa y fuerte caligrafía y firmó.
Pero al igual que su corazón, su letra también parecía maltrecha.
Ella estaba rota por dentro, pero su rostro no lo demostraba. Después de firmar, respiró hondo y dijo:
"Estoy muy agradecida con el Sr. Kingston por dejar que me quede una semana, pero después de que expire nuestro contrato no creo que deba permanecer aquí. Me iré inmediatamente..."
Cuando terminó de hablar, miró a Mia y le preguntó: "Mia ¿puedes ayudarme a empacar mis cosas?"
Ella la miró, se dio cuenta de lo mucho que intentaba no llorar y le dolió el corazón. No quería hacerlo, pero tenía que ser así.
Stella subió para recoger sus cosas y RK la observó, pero nadie podía leer sus emociones.
Ella miró la habitación donde había estado viviendo durante tres años y sus ojos se empañaron...
No pudo contener las lágrimas.
Sabía que su matrimonio terminaría algún día, pero no sabía por qué sentía tanto dolor en su corazón...
No tenía muchas cosas que guardar. Se limitó a empacar y no tocó nada de lo que él le había comprado. Ni siquiera una prenda...
Mia la miró y no supo qué decir...
Stella se secó las lágrimas y le dijo: "Mia no te preocupes. Estoy bien. Es solo que no soy la mujer correcta para él".
Después de decir eso, tomó su bolso y bajó las escaleras.
****
En la planta inferior...
RK seguía sentado en el sofá y la miraba, pero ella no deseaba verlo y estaba dispuesta a marcharse...
"¿A dónde vas?"
De repente sonó la fría voz de aquel hombre.
Ella se detuvo y lo miró...
Desde el principio, ella no estaba en buenos términos con su familia y después de su matrimonio, era mucho más difícil tratar con ellos...
En cuanto a él, ya se habían divorciado, así que no se sentía obligada a decirle a dónde iba...
"No creo que mi paradero tenga algo que ver con el Sr. Kingston. Creo que ahora que ya estamos divorciados y no tenemos nada que ver el uno con el otro, usted debe concentrarse en su futura esposa, y no en su exmujer..."
Su tono era frío y era como si lanzara cuchillos por la boca...
Ella no entendía el comportamiento hipócrita de ese hombre.
Cuando estaban juntos y ella estaba en casa ardiendo en fiebre ni siquiera había mostrado preocupación por ella...
En ese momento, él estaba ocupado con sus negocios y ganando dinero ...
No le había importado que su esposa se estuviera muriendo.
De repente, ella no supo por qué, o si era una ilusión, pero sintió que después de decir eso sobre una futura esposa, la temperatura a su alrededor bajó mucho...
Sintió frío en todo su cuerpo y decidió irse...
"Detente... "