Capítulo 123
Al día siguiente, un ruido afuera de la puerta despertó a Stella.
Ella abrió los ojos y levantó el teléfono para ver la hora. Todavía era temprano y el cielo no estaba brillante.
Sin embargo, afuera de la puerta escuchó el sonido de autos seguido de pasos corriendo. Stella se levantó y vio a su querido hijo persiguiendo varios autos de juguete dentro de la casa.
¡Ni siquiera se había quitado el pijama de oveja!
Stella se frotó los ojos y preguntó: "Adrian, ¿qué estás haciendo?".
¡No sabía a quién se parecía este pequeño! Podía levantarse solo sin que nadie le dijera. Por lo general, se despertaba cuando era hora de ir a la escuela, pero hoy... ¡se despertó a las cuatro y media!
¡Todavía estaba oscuro afuera!
¡Este niño no tenía la intención de dejarla dormir!
"Mamá, estás despierta".
Adrian miró a Stella, quien salía de la habitación, y luego siguió jugando con sus cochecitos de juguete.
Stella no dijo nada.
¿Cómo podía este pequeño tratarla así?
Stella miró la pila de juguetes que h

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