Capítulo 69

Ana entró vistiendo un elegante vestido y llevando en brazos a un pequeño cerdo perfumado. —Pfft. —Alguien no pudo contener la risa. De inmediato, la multitud se apartó en silencio, dejándole un camino a Ana para que se enfrentara cara a cara con Elena. Sí, ambas llevaban el mismo vestido. Pero la altura, el tono de piel y el porte de Elena eran muy inferiores a los de Ana. El mismo vestido, en ellas, producía dos efectos completamente diferentes: en una, parecía un simple mortal en un reino de ensueño; En la otra, una diosa por naturaleza. Elena miraba a Ana, parada como una diosa enfrente de ella, con un poco de envidia en su corazón. Aunque era una imitación de baja calidad, al estar en Ana parecía hecha a su medida, brillante y hermosa. Elena apretó los dientes, pero al recordar que el espectáculo estaba a punto de comenzar, su resentimiento desapareció. Ana, al ver el vestido en Elena, entendió al instante por qué le había enviado el vestido en primer lugar. Acarició la cab