Capítulo 44

—Sergio, mi hermana creció en el campo y no sabe mucho de modales. Si te ha ofendido, me disculpo en su nombre. Elena habló con confianza, con la apariencia de ser una buena hermana protegiendo a Ana. Lo que no sabía era que esas palabras sonaron muy mal en los oídos de Sergio. ¿Qué tenía de malo que Ana hubiera crecido en el campo? A pesar de las limitaciones educativas allí, pudo autoeducarse y sobresalir, ¡tenía derecho a ser orgullosa! —No vuelvas a hablar así de Ana. Después de decir esto, Sergio también miró a las chicas que estaban observando: —Y ustedes tampoco. Después de esta advertencia, se dio la vuelta y se fue. Elena: —¿??? Las chicas: —¿??? ¿Por qué Sergio no solo no estaba enojado con Ana, sino que la defendía continuamente? ¿Será que estaba cautivado por la belleza de Ana? Al pensar en el hermoso rostro de Ana, los ojos de Elena mostraron celos y resentimiento, sus puños se apretaron tanto que sus uñas se clavaron en las palmas de sus manos. Sergio era hijo de la