Capítulo 37
Ana dejó de escribir código de repente y miró de reojo a su compañera de mesa, algo sorprendida.
—¿Me crees? —preguntó.
Incluso su propia familia, los Ruiz, no le creían, pero esta compañera de mesa, a quien había conocido por primera vez, decía que sí.
Nuria, sintiéndose avergonzada bajo su mirada, se puso roja y nerviosa, tartamudeó:
—Sí, sí. El libro dice que el rostro es reflejo del corazón. Eres tan guapa, seguro que no harías trampa. ¿Puede haber algún malentendido?
Ana: —......
Qué niña tan ingenua.
—Gracias. —Ana le dio una leve sonrisa.
Esto hizo que las mejillas de Nuria se enrojecieran aún más, hasta sentirse mareada.
¡Dios mío, la diosa fría le había sonreído!
¡Qué hermosa es, ahhh!
Ana no sabía de la adoración interna de Nuria, pero le recordó el foro de la escuela.
Recién había buscado por toda la red usando código y no encontró ningún video del día filtrado en internet, alguien había actuado antes que ella.
¿Sería él?
Ana pensó en Carlos, ya que él había prometido ayudar
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