Capítulo 190
Si hubiera sido tan fácil, ella no habría necesitado asistir a la subasta en los Jardines del Estanque Esmeralda, donde gastó 120 millones de dólares y aceptó tres exigencias de alguien.
Eso la dejó sin recursos para comprar medicamentos ni para saldar el pago pendiente. Estaba completamente arruinada...
La comisura de los labios de Carlos se curvó hacia arriba sin querer. La joven todavía se resistía a aceptar la verdad, y él tampoco estaba dispuesto a revelar la realidad.
—¡Deja de hablar y toma diez fotos para enviarme! — Ana le devolvió el móvil y se giró para subir las escaleras y regresar a su habitación a dormir.
Carlos agarró su mano. —Aún estoy enfermo, no puedo tomar las fotos. ¿Podrías hacerlo tú?
Ana se detuvo, sorprendida; las palmas de él eran grandes y sus dedos, largos. A pesar de la calefacción adecuada en la habitación, su temperatura corporal seguía siendo baja, un claro indicativo de la gravedad de su enfermedad.
Ella se volvió solo para ver a Carlos apoyándose
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