Capítulo 185
—Vayan ustedes primero —dijo Ana de repente.
Federico, al notar que ella parecía tener algo que decirle a Raquel, respondió: —Está bien, te esperaré afuera.
Acto seguido, Federico se alejó rápidamente, mostrando un evidente disgusto.
Silvestre, quien había logrado con esfuerzo sacar a Ana, temía que ella decidiera quedarse, así que le hizo una señal a Néstor para que esperara a Ana en la puerta, mientras él iba adelante para acompañar a Federico.
Después de que todos se fueron, solo quedó Ana en el oscuro pasillo.
Se paró frente a la puerta de hierro mirando a Raquel en la celda, con una mirada fría e impasible.
Esa mañana, Raquel había presumido, diciéndole a Ana que se arrepintiera bien en la cárcel, pero por la tarde, las identidades de ambas se habían invertido.
—¿Crees que esto me va a derrotar? —Raquel la miró ferozmente.
Cuando la familia Gómez la sacara bajo fianza,
¡se aseguraría de acabar con Ana y también de destruir a toda la familia Ruiz!
—Los cargos por
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