Capítulo 153
¡Esto es demasiado injusto!
Carlos siempre ha estado muy seguro de su autodisciplina; en varias misiones anteriores, incluso en presencia de bellas mujeres, nunca perdió la compostura.
Pero esta vez, sí se sintió conmovido.
Rápidamente apoyó su pierna derecha, temiendo que la joven notara algo inusual.
Ana pensó que había tocado su herida y no se atrevió a moverse más.
Ella estaba recostada sobre el sólido pecho del hombre, y todo lo que podía oler era el suave aroma a tabaco que emanaba de él.
A través de la ropa, podía sentir su cálido cuerpo, así como sus firmes músculos pectorales y abdominales.
De repente, la imagen de una foto que Carlos le había enviado por error vino a su mente; la impresión visual de esos músculos la impulsaba.
Quería tocarlos...
Ana de repente se dio cuenta de que tener esos pensamientos estaba mal, rápidamente los descartó, su mente estaba en un torbellino y sus mejillas ardían.
La temperatura alrededor parecía estar subiendo, sus respiraciones se entrelazab
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