Capítulo 138
Mario es el médico personal de Carlos y ya ha tomado una decisión; cualquier duda que tengan, simplemente tendrán que afrontarla.
En el quirófano.
Ana finalmente ve a Carlos.
Él yace en la mesa de operaciones, con los ojos cerrados, su rostro anguloso pálido y sus delgados labios sorprendentemente rojos.
El dorso de su mano, que cuelga de la intravenosa, está lleno de moretones, casi ocultos por las marcas de las agujas.
El usualmente imponente Carlos ahora parece un enfermo bello y frágil, tumbado en la cama.
Aunque está inconsciente, sus cejas afiladas siguen fruncidas, y sus ojos se mueven de vez en cuando, mostrando un rostro adolorido, un síntoma de estar atrapado en una pesadilla.
En el monitor de signos vitales al lado, tanto la frecuencia cardíaca como la presión arterial están por debajo de lo normal.
La situación es más peligrosa de lo que Ana había imaginado.
Sus dedos tocan la frente de Carlos, su temperatura es tan alta que quema, quemando también su corazón.
—Es una fiebr
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