Capítulo 132
—No hay prisa, veamos primero qué quiere hacer —dijo Ana mientras usaba su cepillo de dientes eléctrico, su voz sonaba algo confusa.
El tesoro de Alma de Crista, anhelado por muchos, y la oportuna aparición de Alicia ante todos sirvió para desviar la atención.
Luego, ambos cambiaron a otros temas de conversación antes de colgar.
Ana terminó de asearse, bajó y salió a correr unas vueltas.
Al regresar, la familia de cuatro se encontraba reunida alrededor de la mesa del comedor, leyendo el periódico; incluso la sirvienta Lucía se unió a ellos.
—La hija de la familia Vargas resulta ser anónima, ¿podríamos pedirle que atienda a la señora Carmen? —preguntó Lucía.
Desde que la señora Carmen supo que Ana había engañado y se desmayó por la impresión, ha estado internada en el hospital, enfrentándose a enfermedades geriátricas de manera recurrente.
Ana: —......
—Ignacio, ¿por qué no invitas a Alicia a intentarlo? No es solución que tu abuela permanezca en el hospital, los gastos mé
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