Capítulo 49

Lilian miró a Andrew boquiabierta de forma desconcertada. No sabía cómo lo hizo enojar. “Señor Miller, yo...”. “¿No me expliqué bien?”, preguntó Andrew con gravedad. A Lilian le temblaron las piernas ante la peligrosa advertencia de su voz y dijo rápidamente: “No, Señor Miller. Solo vine a entregar los recuerdos como me dijo Natalie”. “¿No te dieron formación antes de empezar a trabajar?”, replicó él. A Lilian se le heló la sangre al recordar la primera regla del manual del empleado: los empleados tenían estrictamente prohibido realizar cualquier conducta que pudiera interpretarse como soborno a sus superiores directos. Pero, ¿no debería ser Lilian una excepción a esa norma, dada su relación con Andrew? Seguramente, los regalos que ella diera no se interpretarían como un acto de soborno. Aunque el argumento se le pasó por la cabeza, Lilian no se atrevió a decírselo a Andrew. Tartamudeó: “L-Lo siento, Señor Miller. No volverá a ocurrir, se lo prometo. Por favor, deme otra oportuni