Capítulo 31

Madelyn se sentó junto a la cama y no se movió ni un milímetro. Andrew abrió sus ojos enrojecidos y en ellos había una mirada hambrienta y salvaje, como si estuviera a punto de atraerla hacia sí. “¿Por qué no vienes a dormir conmigo?”. Ella agitó su cabeza. “No, deberías dormir solo”. Por su mente pasaron imágenes de lo que había pasado anoche de camino a casa. ¿Cómo iba a meterse en la cama con él? No iba a servirse a sí misma en bandeja. Andrew la miró intensamente. “No puedo dormir contigo aquí”. “Date prisa y duérmete. Iré a la cocina a ver si hay postres”. Madelyn se levantó y emprendió la huida. Había una mirada amable en los ojos de Andrew mientras la veía huir alegremente. En cuanto se cerró la puerta, su mirada se volvió feroz, como cuando estaba en el estudio. Agarró su teléfono y marcó un número. ... Cuando Madelyn bajó las escaleras, vio a uno de los empleados de la cocina llevando un recipiente con comida y haciendo un informe a David. David no parecía contento.