Capítulo 88
Al oír eso, el joven en la cama suspiró aliviado.
Una vez que la persona fue atendida, todos salieron rápidamente de la habitación.
En el camino, Ángeles le dijo a Gonzalo: —Esta vez, exijo la mitad de la tarifa por el diagnóstico, ¿tienes alguna objeción?
Gonzalo soltó una carcajada: —¡Ninguna objeción, lo que decidas está bien!
—Soy una persona de principios; si contribuyo solo la mitad del esfuerzo, entonces solo acepto la mitad de la tarifa.
Ángeles levantó una ceja, ignorando a Oscar completamente, pasándolo de largo como si fuera invisible.
Fue solo después de salir del hotel que Gonzalo se percató de la presencia de Oscar y preguntó: —Espera, ¿qué hace Oscar aquí?
—No lo sé.
—Ángeles, he escuchado que van a comprometerse. Ese hombre no es adecuado para ti; si te casas con él, vas a sufrir.
Ángeles sonrió con tranquilidad y le aseguró: —No te preocupes, abuelo, ese compromiso nunca se realizará.
A pesar de que, tras su negativa, Pedro había amenazado con obligarla a casarse co
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