Capítulo 667
¿Una amenaza, a qué?
La mirada de Ángeles pasó de Vicente a Lourdes, y cuando se apartó, se encontró con la mirada de Bárbara.
Bárbara llevó a Ángeles a un lado y susurró con voz muy baja. —Jefecilla, ¿no crees que esto es un ataque dirigido a ti?
Antes de que Ángeles pudiera responder, el teléfono de Lourdes sonó.
La llamada era de un número desconocido.
Lourdes, que estaba tratando de calmar al inconsolable Martín y estaba demasiado perturbada para querer contestar, permitió que Vicente tomara su teléfono y deslizara para contestar en modo altavoz.
En un instante, la voz de Belén sonó a través del auricular.
—Cuánto tiempo sin vernos, a todos.
Todavía en un tono suave, con una risa que parecía controlarlo todo, y un sabor vengativo y triunfante, Belén habló claramente, mencionando a Ángeles.
—Con Ángeles allí, supongo que ya lo saben, Martín ha sido envenenado con larva venenosa, una larva que no se puede extraer, que lo torturará poco a poco hasta que el pequeñín no pueda soportar e

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