Capítulo 606
Lourdes estaba muy feliz, emocionada, entusiasmada y deseosa de contarle a todo el mundo que en realidad lo ha visto.
¡Esto no era un sueño!
¡Ángeles no la había engañado!
Lourdes se pellizco con fuerza y luego corrió directo hacia la cuna, mirando con ternura al pequeñín. —Bebé, bebé... me gustas tanto.
Martín, con sus ojos redondos y abiertos, parpadeó y luego agitó sus manitos y piececitos al mismo tiempo.
Tan adorable, tan precioso, nunca era suficiente con solo mirarlo.
Lourdes no pudo parpadear, se inclinó y beso al niño una y otra vez.
La sirvienta se dio cuenta de algo y tartamudeó, —señora Lourdes, tus ojos pueden ver...
—Shh.
Lourdes miró hacia donde se encontraba ella, encontró sus ojos hizo un gesto de silencio. —No lo digas.
La sirvienta sorprendida, aunque no sabía con exactitud lo qué planeaba Lourdes, en realidad tenía sentido.
Justo en ese momento, la puerta del dormitorio se abrió y Juan y Belén entraron uno detrás del otro.
Lourdes giro la cabeza hacia ellos, sintien

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