Capítulo 386
Sumado a que antes se había subido al coche de Emilio...
Ángeles estaba reflexionando un poco sobre ello, cuando vio a Vicente dar un largo paso con sus piernas y pasar junto a ella para alejarse directamente.
—¡Vicente!
Desde el final del pasillo, se oyó la voz alegre y emocionada de Belén, llena de gran entusiasmo y timidez.
Ángeles fue llevada en ese momento por Emilio hacia el ascensor.
En el instante en que las puertas del ascensor se cerraron, alcanzó a ver de reojo a Vicente dirigirse hacia Belén, quien mostraba una sonrisa radiante y dulce en su delicado rostro, tan deslumbrante como el sol.
—¿Qué, estás triste?
Durante el lento ascenso del ascensor, la voz burlona de Emilio resonó con un tono cargado de gran sarcasmo y malicia.
Ángeles ni siquiera se molestó en responderle.
Cuando subieron al helicóptero, este despegó suavemente, tomando rumbo hacia Ríoalegre.
...
En el extremo del pasillo del octavo piso del hospital, Belén corrió eufórica hacia Vicente,
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