Capítulo 363
Al ver el arma, Salvador quedó paralizado. Su cuerpo se detuvo en seco y el movimiento para golpear se congeló. En ese preciso instante, la sangre pareció helarse por completo en sus venas.
¿Esa cosa... era real?
¿O simplemente lo estaban intimidando?
Salvador no podía creerlo. ¿Cómo era posible que Beatriz, una chica sin respaldo alguno, hubiera conseguido a alguien tan increíble para enfrentarlo? ¡Esto tenía que ser un arma falsa!
—¡No me vas a engañar!
Reanudó el movimiento que había detenido y levantó con fuerza la tapa de la olla que tenía en las manos, lanzándola directamente contra El Calvo Asesino. —¡No soy tan fácil de intimidar, sabes!
La tapa era pesada. Si llegaba a impactar, sin duda alguna le abriría la cabeza al Calvo Asesino.
Salvador estaba seguro de que el hombre se apartaría, pero, para su sorpresa, El Calvo Asesino no hizo ni el más mínimo movimiento y permitió que la tapa le golpeara en la cabeza.
En realidad, el resultado no fue el esperado.
Salvad
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