Capítulo 343
Ángeles le echó un vistazo a Marco y vio que tenía una expresión seria, sin dar la impresión de que estuviera mintiendo.
Quizás en serio había ocurrido algo.
Ángeles guardó silencio por un momento, recordando la voz dulce y suave que había escuchado al devolver la llamada. Aquella voz acariciante y delicada, que con solo oírla dejaba claro que al otro lado del celular había una alma bonita.
El señor Vicente después de todo ciertamente no tenía mala suerte con las mujeres.
Ángeles dirigió la mirada hacia el frente, donde el semáforo ya había cambiado de rojo a verde, e indicó: —Ya puedes avanzar.
Marco encendió el auto y comenzó a conducir a un ritmo lento. De reojo, volvió a mirarla y preguntó: —Ángeles, ¿te ocurrió algo?
—No, nada.
Ángeles sonrió y señaló su rostro, que todavía lucía rosado y lleno de vida: —Estoy perfectamente. Salí un rato a divertirme y hasta subí un par de kilitos.
Marco se mostró algo desconcertado: —¿Salir a divertirte? ¿Y por eso apagaste el cel
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